NOVIEMBRE 28 / 2015 – ANIVERSARIO 40
NOVIEMBRE 22 / 2025 – ANIVERSARIO 50!
Tuve conciencia de Raúl, cuando en el año 1974 el colegio tomo la decisión de pasarnos a Carlos Agusto (U2) y a mi (U1) del A al B. Ya no pasaríamos de 4A a 5A como era la tradición, si no que por algún sentido de venganza o por tratar de aplacarnos un poco – supongo- el Colegio decidió que entraríamos a 5B. Nosotros los más pequeños del grupo del A, ahora sí que menos nos íbamos a notar – por tamaño- en el grupo de 5B que eran los más grandes y “viejos” dentro de todos los que componíamos el grupo de quinto de bachillerato. Y ahí entramos algo timoratos, y nos encontramos con esos grandes y mayores, algunos de los cuales habían repetido varios años en cursos anteriores. Los duros dentro de los duros. Ahí estaban el mono Mario Ortegón, William Salazar, Néstor Segura, Edilberto Torres, Miguel Navarrete, Francisco Cifuentes, Raúl Suarez entre otros. Los veíamos con terror, grandes fortachos, montadores. Pero nosotros éramos las Urracas, y al contrario de amedrentarnos seguimos siendo malos y más montadores que esos duros. Pero dentro de esos duros había uno grande, gordo y que siempre llevaba una sonrisa en su expresión y en su indumentaria sobresalía el chaleco de lana y las camisas a cuadros de manga larga. Le decían el gordo Suarez. Y él era la excepción dentro de esos rudos.
A pesar de ser del grupo de los duros, Raúl no podía ser un rudo. Su sonrisa eterna y sus ojos con mirada siempre de niño no se lo permitían. Era de los pocos dentro de los grandes que no decía groserías, no se la montaba ni jodía a nadie; cuando requería un favor lo hacía de una manera tan amable y cortes que era difícil decirle que no. No sé porque monsieur Bonnet, el profe de Frances lo tenía entre ojos y no lo quería, quizás porque su único defecto era que Raúl siempre escogía la silla de atrás la del último rincón, y aunque generalmente esas sillas estaban reservadas para los más duros dentro de los duros, yo estoy seguro que Raúl lo hacía por humildad y de pronto, considerando que, por su mayor tamaño, podría impedir la vista del tablero de alguien que le hubiera tocado detrás. Raúl no se destacaba por ser un buen estudiante, ni por deportista, pero si se destacaba por ser un buen tipo, líder de causas importantes como cuando tratamos de emprender un periódico del cual no sacamos si no una o dos ediciones. Su opinión se tenía muy en cuenta al momento de tener que tomar decisiones en colectivo.
No fui muy cercano a Raúl en el colegio, pero luego cuando nos reencontramos en el año 2015 y como nos pasó a varios, mirarnos a los ojos nos transportó enseguida a sentir esa alegría y esa picardía fraterna de la infancia y adolescencia. Además, que 40 años después ahí seguían su sonrisa eterna y su mirada de niño. Rápidamente en esa y en otras reuniones nos actualizamos sobre el rumbo que habían tomado nuestras vidas, y fácilmente descubrí que su más grande y mayor tesoro fue su madre, a quien tuvo la fortuna de celebrarle los cien años. Varias veces intercambiamos llamadas y, a pesar de estar en orillas opuestas desde el punto de vista de las creencias religiosas y la fe, manejamos con altura nuestras contradicciones, y nunca me falto en todo este tiempo, el mensaje diario con textos de la biblia y reflexiones de crecimiento personal que muy puntualmente me llegaban al celular vía WhatsApp, y que yo periódicamente le agradecía. Por ello fui testigo de su fe sincera la que sin duda alguna le permitió llevar con tranquilidad y esperanza esta última etapa de su vida. En una ocasión hablamos sobre un tema musical que yo compartí y sobre el cual me dijo que era una de sus canciones favoritas en sus épocas de juventud. Se trata de Blowin in the Wind de Bob Dylan. En uno de sus apartes dice:
“¿Cuantos caminos debe recorrer un hombre, antes de llamarse hombre?”
“¿Cuántos años son capaces de vivir algunos, antes de que se les permita ser libres”
“¿Cuántas veces debe un hombre levantar la vista, antes de que pueda ver el cielo”
“La respuesta amigo mío, la respuesta amigo mío esta flotando en el viento”
Seguro estoy que Raúl si encontró esa respuesta. Es por ello que personas como Raúl no mueren porque pasan a ser parte viva en la memoria de cada uno de nosotros.
Queda para reflexionar lo efímera que es la vida; ya pasaron 9 años desde el 2015 cuando nos volvimos a encontrar los Agustinianos 75. En ese breve, pero al igual largo lapso de tiempo se nos han adelantado Mario Ortegón, Fernando Botero (cercanos), y Francisco Cifuentes (quien murió en el exterior). Sin duda alguna todos, tarde o temprano les seguiremos el camino. Por ello, si aún estamos aquí, agradezcamos a la vida el habérnoslo permitido; valoremos cada día como si fuera el último y dejemos de colocar nubarrones que imposibilitan alegrías, con angustias, preocupaciones y discusiones vacuas y sin sentido. ¡Buen viaje Raulin!
Mauricio Gallego (U1)
Diciembre 21 de 2024
Recordar a un amigo es tan bonito y hace que a uno se le hinche el corazón de alegría, es como rebobinar la película que tanto nos gusta y la que jamás dejamos de ver una y otra vez, así mismo se siente al recordar hoy a ese gran amigo, a ese gran ser humano, a ese maestro, a ese esposo, padre y abuelo que vivió y tocó nuestras vidas con su inigualable manera de ser.
A Raulito lo conocimos en nuestro claustro Agustino donde todos nosotros vivimos los mejores años; fue allí donde «el gordo Suárez» plasmó su maravillosa forma de ser, algo inquieto y atrevido en sus años mozos pero que fue aplacando a lo largo de sus años; hoy parece que regresara del pasado a mi memoria y puedo verlo con sus pantalones desordenados que caían cual largo eran sobre sus zapatos negros pelados en sus puntas de tanto golpear la pelota de rayas que volaba sin rumbo en los recreos por ese enorme estadio de fútbol en el que convertíamos el patio del colegio, puedo verlo caminar pausado rumbo a su casa por la calle 11 en medio de risas, juegos y gritos con quiénes encontrará compañía para tan agradable travesía, pudo verlo aún con su abundante cabellera y sus mejillas coloradas haciendo la fila de la cooperativa para alcanzar a degustar un inmenso roscón y una gaseosa manzana, puedo verlo intentando alcanzar por los corredores del colegio a quien con picardía había golpeado su cabeza con los nudillos, así aún puedo verlo y sé que todos lo recordamos de una u otra forma así, pero también puedo verlo hoy con esa seriedad adquirida con los años, con su fe inquebrantable, con su sabiduría, con su dedicación a la familia, con su inconmensurable amor por sus hijos y nietos, puedo verlo hoy compartiendo con nosotros en nuestra edad adulta, regalándonos sagradamente sin falta la palabra del Señor Jesucristo y el día que yo despertaba y no encontraba sus mensajes de inmediato me imaginaba que Raúl se encontraba con quebrantos en su salud; puedo recordarlo hoy con su risa tranquila y sincera, con su voz calmada pero muy clara, puedo y siempre lo recordaré como ese amigo que jamás dejo de luchar por sus ideales y que jamás abandono el camino y la rectitud del buen hombre, del buen cristiano. Hoy te nos adelantaste querido amigo pero estamos seguros que pronto volveremos a vernos con la bendición del Señor; emprende tu viaje sin remordimiento alguno, toma la mano de los ángeles que hoy te acompañarán en esta hermosa travesía hacia el paraíso y cuando estés allí recuerda que aquí dejaste unos amigos que te quieren y te recordarán por el resto de sus vidas.
Hasta pronto querido Toto.
Ivan A. Diaz Soto (Diciembre 21 de 2024)
INVITACION
Contamos con la presencia del profesor Luque y de nuestro compañero Jaime Vera, a quien no veiamos desde hace 48 años
Comienza el encuentro. En primer plano William Cortes y Ricardo Villoria
Se unen Hernando Martinez, Miguel Navarrete y sus familias (entre otros)
FOTO OFICIAL: William Cadena, Juan Uribe, Miguel Navarrete, Hernando Martinez, William Cortes, Edgard Mora, Fernando Lamprea, Jaime Vera, Carlos Navarrete, Ricardo Villoria, el profesor Luque, Mauricio Gallego y los hermanos Paipilla
Recordando algunos temas de nuestras «bandas sonoras»
Los ultimos en despedirse!
En el Seminario de Manizales el pasado 25 de Octubre de 2023
El Doctor Rodrigo Vargas, en dos intervenciones sobre sus especialdad (Ortopedia de hombro)
El Ingeniero Carlos Ospina en su especialidad: Conductores electricos
Saludo navideño en casa de Camilo Merchan
Herberg Eastman recibe varias visitas
Almuerzo tipico en Chapinero Alto
Carlitos Ospina y Carlitos Osorio
Mauricio Gallego como anfitrion en su finca de Sasaima
Cristobal disfrutando a su abuelito Mario Navarro
El abuelito Alvaro Rodriguez con su nieto Nicolas
El abuelito Raul Suarez con Juan y Pablito, Juliana y Sarita
Maria José en brazos del Abuelito Jairo Gomez
El pequeño Emilio Tao Mora posa con el abuelito Edgard
Emilia cabalga con su abuelito Carlos Ospina
Julián David, Juan Felipe y Matias arropan a su abuelito David Galvis
El abuelo Mauricio Gallego observando pájaros con Ariel, Nima, y Amarú
El abuelo Mauricio Gallego es el más fertil! Ariel, Nima, Amáru, Ellian y la hermosa Itaii
El abuelo Javier Paipilla sonrie orgulloso de su nietecito Javier
Este MOSAICO refleja el paso de los años y la evolución de los cuchachos a traves del tiempo.
Nuestro apreciado compañero Camilo Merchán fue quien tuvo la iniciativa de buscar en los anuarios del Colegio y en las galerias de fotos disponibles, para que a cuatro manos se editara la secuencia para cada uno de nosotros.
En Mayo del año pasado, nuestro compañero Fernando Botero se nos adelantó… Su generosidad, sus ambiciosos proyectos, su inmenso amor por sus hijos, su picante humor paisa y su amable disposición hacia sus compañeros y amigos del colegio, son algunos de los valores que lo definían.
William Cadena lo visitó en la clínica Palermo
ANECDOTA
ANUNCIO DEL FALLECIMIENTO
PALABRAS DE CARLOS NAVARRETE
PALABRAS DE MAURICIO GALLEGO
ACOMPAÑANDOLO EN CEREMONIA EN JARDINES DE PAZ
El Doctor Guillermo Camacho Caro, Ingeniero químico de la UIS, viaja a Estados Unidos en 1958 para estudiar Ingeniería Industrial. Se convierte en el eminente y muy reconocido fundador de la carrera de Ingeniería Industrial en Colombia.
Escribió el siguiente reconocimiento para Carlos Navarrete, al entregarle un ejemplar de su libro «Cartas a un profesor de Administración» (Abril 22 de 2021)
Algunos de los eventos profesionales y lúdicos en los que Rodrigo contribuyó con su muy valiosa participación:
Su última foto (Agosto 02) – Su último amor (Claudia Cristina)
ADIOS A MARIO ORTEGÓN!… ADIÓS A NUESTRO CANCILLER!… ADIOS A NUESTRO AMIGO!
Camilo Merchán, Mauricio Gallego, Juan Uribe y William Cadena. Alegre encuentro en la finca de Mauricio en Sasaima (Diciembre 2021)
Ivan Diaz se encuentra con Edilberto Torres en Melgar (Noviembre 5 de 2021)
«Selfie» de Carlitos Ospina con W Cadena y F Botero en Salitre Plaza
Regner Valbuena y Augusto Naranjo en Santa Marta
Almorzando DE GORRA en Cafam La floresta (Botero, Uribe y Gallego)
David Galvis y Juan Carlos Acosta (Tampa, Florida, USA)
Miguel Francisco Navarrete Sanchez, hace ya más de cinco años, narró algunos de los recuerdos más descriptivos del espíritu que se respiraba en el Colegio y del talante de los profesores y sacerdotes agustinos recoletos que nos educaron.
Esta deliciosa narración salpicada de ese humor caustico que nos caracteriza, se titula:
Escuchemos atentamente los 6:41 divertidos minutos con mucha atención:
La TASCA DE NAVARRA es un acogedor recinto ubicado en el tercer piso del hogar de Miguel Navarrete, y cobra importancia para AGUSTINIANOS 75 porque, en palabras del propio Miguel, es la sede oficial de nuestro grupo!
El evento que trascendió indudablemente fue la inesperada y muy delicada afección arterial que sufrió Mario Ortegón.
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